jueves, 31 de enero de 2008

Fumando espero a la que tanto quiero...

Fumando espero a la que tanto quiero tras los cristales de alegres ventanales, y mientras fumo mi vida no consumo pues mirando el humo me suelo adormecer....
Así canta Carlitos Gardel en uno de sus tangos más lindos. Un tango dedicado al fumar.
Ahora vemos que en Guatemala se preparan dos leyes que desean, poner fotografías de lo atroces que son los cigarros y, aumentarles el precio. Pero les digo algo: El cigarro no mata. Nosotros elegimos morir al consumirlo, nos matamos nosotros. Si ponen un cigarro sobre una mesa nada pasará, nadie que camine frente a el morirá, nadie que lo vea sufrirá. El cigarro existe como lo hacen los volcanes pero es nuestra elección si seguimos los pasos de Empédocles o no. Está en mí la decisión de tirarme dentro del volcán o si decido vivir. El volcán es igual de mortífero, me atrevería decir que hasta más, que los cigarros. Caemos en él y morimos. Pero no vemos a personas pegándoles grandes pancartas a los volcanes advirtiéndole al mundo sobre sus atrocidades.
Fumar es una elección, y lastimar mi bolsillo por hacer algo que yo he decidido hacer está mal. Nadie me ha amenazado de muerte sino fumo. Lo hago porque me gusta. Pero el Gobierno decidió meterse con las decisiones individuales, vemos tanta "preocupación" por nuestra salud cuando nosotros escogimos fumar. ¡Esto debería ser la menor preocupación de un Gobierno que tiene tanto que hacer! Los precios aumentarán y no podré consumir tabaco.
Pero, dime mi bien; ¿Si es mi fumar un edén?

miércoles, 23 de enero de 2008

Policías Accidentados

Dos policías chocaron a las 5:45 de la tarde en el km. 20.5 de la Carretera a El Salvador. Tras una ardua persecución, los policías perdieron el control de su automóvil y chocaron contra una pared de tierra. El conductor murió en el momento del accidente y el copiloto sufrió graves heridas.



Según varios de los automovilistas que presenciaron el hecho los policías estaban persiguiendo a un carro corinto,
chocándole varias veces para sacarlo de la carretera.
Supuestamente los oficiales emprendieron esta persecución al reconocer al conductor pues éste tiene una orden de captura. La persecución fue intensa, los policías golpearon varias veces al automóvil corinto y algunos testigos dicen que hasta dispararon contra él. Pero el policía que iba conduciendo perdió el control del automóvil y chocó contra una pared de tierra, el carro se volcó matando al conductor e hiriendo al otro policía gravemente. Ninguna de las personas involucradas en el accidente llevaba uniforme pero su forma de actuar y el rápido movimiento de otras fuerzas policíacas nos lleva a concluir que sí eran policías. Tras el accidente varias patrullas siguieron sobre la carretera en búsqueda del criminal pero fue en vano, el automóvil corinto había desaparecido ya.